La verdad duramos un buen rato pensando por dónde comenzar aunque la respuesta era evidente: si vas a montar un negocio de lo que sea, lo mínimo que debes hacer es conocer a la perfección el producto.

Si bien venimos de una región cafetera y estamos permeados por un contacto constante con el café, eso no implica necesariamente que nuestros conocimientos empíricos guarden cierto orden o tuvieran la tecnicidad suficiente para esta iniciativa.

Por esta razón, decidimos viajar a Colombia, más exactamente a Armenia (Quindío), el eje cafetero colombiano. Durante dos meses, recibimos formaciones en cata, tostión y barismo, entre otros.

Además de eso, tuvimos la oportunidad de conocer fincas, cafeterías locales, comunidades y muchos otros entusiastas del café. Complementando así de una manera sinérgica esta aproximación profesional al mundo del café.

Ya más empapados y embebidos en este mundo del café, empezamos a trabajar y refinar la idea de lo que queríamos. De una manera muy rudimentaria escribimos un boceto inicial de plan de negocios.

Si bien es cierto que ha funcionado para nosotros, esto no implica que debas irte a Asia, Áfria o América para aprender sobre el café. Existen muy buenos cursos aquí en Europa. Además, también conocemos muchos tostadores que han comenzado de manera empírica sin ningún conocimiento previo, pero eso si, con una gran pasión, el café.

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